He salido al balcón
y hace un perfecto día de otoño.
El frío del otoño
me recuerda a la humedad
de tu boca.
He sentido como la pendiente
balanceaba mi zapatilla,
y de cómo besaba mi piel,
ese frío, que me recuerda,
a la humedad de tu boca.
Tenías razón,
el otoño es como una mujer,
orgullosa y serena,
que ama y que besa y que hiere,
como hiere a veces el placer,
con la herida que también nos place,
con el beso frío que me recuerda
a la madurez,
al que ojala estuvieras aquí,
en tu anciana juventud,
en mi fantasía de media vida,
con la serenidad de tu juventud,
hermosa, siempre,
con la humedad de tu boca.
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Probando
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